El chantaje a Romanée‑Conti: la novela real del viñedo envenenado que sacudió Borgoña

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 EL CASO DEL CHANTAJE AL VINO MÁS CARO DEL PLANETA: 

Vosne‑Romanée siempre había sido un remanso de paz. En el corazón de Borgoña, el pequeño pueblo vivía a ritmo de vendimia y rezos. Quien pasara por allí podía distinguir, junto a la carretera, un pequeño muro de piedra coronado por una cruz de 1723; al pie, un cartel invitaba a los turistas a mirar, pero nunca a pisar la tierra sagrada de Romanée‑Conti. En esas 1,8 hectáreas nacía el Pinot Noir más codiciado del planeta, un vino que alcanzaba precios delirantes y se rifaba entre aristócratas y magnates. A los ojos de los vecinos era más que un negocio: era un templo.

A principios de 2010, el custodio de ese templo, Aubert de Villaine, encontró un paquete anónimo sobre su mesa. Dentro había un mapa dibujado con precisión quirúrgica, como un plano militar: cada hilera de vides numerada, cada camino marcado. Un círculo rojo señalaba un sector concreto. No había más mensaje. De Villaine pensó en una broma pesada y lo archivó.

Semanas después llegó el segundo paquete. El mapa tenía ahora dos círculos, y lo acompañaba una carta escrita a máquina con voz fría: exigía un millón de euros, aseguraba que dos vides ya habían sido perforadas e inyectadas con herbicida y que otras decenas estaban agujereadas y a punto de morir. El misterioso remitente prometía un antídoto a cambio del rescate. La misiva no estaba redactada por un aficionado; empleaba términos técnicos (décavaillonnage, démontage) que solo un viticultor o enólogo podría conocer. El criminal demostraba que sabía exactamente dónde golpear para quebrar el alma borgoñona.

Hasta entonces nadie había osado atacar el matrimonio sacro entre la vid y la tierra. El simple hecho de taladrar el injerto donde la madera se une al suelo era una profanación. De Villaine decidió actuar. Llamó a la policía de París, no a la local, por temor a que cualquier rumor se propagase como un hongo venenoso entre los vignerons. Los agentes visitaron el viñedo a escondidas y confirmaron lo que decía la carta: dos vides estaban muertas, con una sustancia tóxica inyectada en su corazón; otras presentaban perforaciones limpias, listas para el veneno. Alguien había acechado de noche, armado con un taladro manual y jeringas. El crimen era tan íntimo y sacrílego que la noticia quedó en secreto: si el mercado se enteraba, el valor de Romanée‑Conti se hundiría.

Mientras tanto, un tercer mensaje llegó a la propiedad. El tono era casi cortés y proponía un lugar y hora para el intercambio: el cementerio de Chambolle‑Musigny a las 23:00 de un viernes de febrero. Un escenario sacado de novela gótica; un lugar donde las sombras de lápidas y cipreses servirían de camuflaje. De Villaine se encontraba en Estados Unidos, así que su hombre de confianza, Jean‑Charles Cuvelier, aceptó ser el señuelo. Los gendarmes prepararon una maleta con billetes falsos y un dispositivo de rastreo. Esa noche, Cuvelier atravesó la cancela del camposanto con paso firme, dejó la valija en el lugar acordado y desapareció entre las tumbas, mientras agentes ocultos entre los panteones aguardaban conteniendo la respiración.

La tensión podía cortarse con una navaja. Minutos después, la figura de un hombre emergió de la oscuridad, recogió el maletín y echó a andar. Los policías lo siguieron a distancia. No era un capo mafioso ni un competidor encorbatado; era un individuo de aspecto común, un cincuentón de complexión fuerte. A menos de 200 metros, los agentes se abalanzaron y lo redujeron. En sus bolsillos llevaba un billete de tren a Dijon. Había caído en la trampa.

El detenido se llamaba Jacques Soltys. Había estudiado viticultura en el liceo de Beaune de joven pero fue expulsado por mala conducta. Sus últimos años los había pasado entre pequeños delitos y trabajos temporales. La investigación reveló un detalle escalofriante: Soltys llevaba meses oculto en una cabaña subterránea que había excavado en un bosquecillo junto al viñedo. El refugio, construido con ramas, cuerdas y lonas camufladas con tierra y hojas, era prácticamente invisible desde el aire. Dentro había una cama, un hornillo, ropa de obrero, un taladro, jeringuillas y varias botellas del herbicida Roundup. Cerca, los agentes encontraron huellas que indicaban que su hijo Cédric lo había acompañado en varias incursiones nocturnas. Para obtener la dirección de De Villaine y de otros propietarios, el joven había seguido discretamente a sus coches por las carreteras borgoñonas.

El plan de Soltys era tan descabellado como ingenioso: extorsionar a Romanée‑Conti y, al mismo tiempo, al Domaine Comte Georges de Vogüé, otra joya de Chambolle‑Musigny. Había perforado un puñado de vides en ambos dominios para demostrar su poder. El objetivo era cobrar y desaparecer. Pero la policía lo había cazado a la primera.

La noticia, que había permanecido en silencio durante el operativo, se filtró a la prensa tras la detención. Francia entera se escandalizó. ¿Cómo podía uno de los vinos más venerados del mundo convertirse en rehén de un chantajista de poca monta? El juicio nunca llegó a celebrarse. Cinco meses después, en julio de 2010, Soltys apareció ahorcado en los baños de la prisión de Dijon. Tenía 57 años. Su muerte cerró de golpe la investigación, dejando sin respuesta muchas preguntas sobre sus motivos y posibles cómplices. Los cargos contra su hijo Cédric se diluyeron; cumplió unos meses y recuperó la libertad.

Así terminó uno de los episodios más sombríos de la historia del vino. La cicatriz aún existe en Romanée‑Conti: dos troncos viejos que no sobrevivieron, sustituidos por jóvenes injertos que recuerdan la fragilidad de ese equilibrio entre hombre, tierra y vid. La historia demuestra que, incluso en un universo regido por el terroir y el respeto, la codicia puede surgir de las sombras y atacar donde más duele. Un crimen digno de novela que, por desgracia, fue demasiado real.

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Análisis del caso de chantaje y envenenamiento de Romanée-Conti

Contexto: ¿Qué es Romanée-Conti?

Romanée-Conti (DRC) es una parcela de 4,6 acres en la Côte de Nuits, en Borgoña. Produce un Pinot Noir considerado uno de los vinos más buscados y caros del mundo. DRC es un monopolio: la bodega Domaine de la Romanée-Conti posee la totalidad del viñedo. Su fama y el altísimo valor de sus botellas (más de 10 000 euros de media) lo convierten en objetivo de falsificaciones y delitos relacionados con el vino.

La primera carta anónima

Inicio de 2010: Aubert de Villaine, copropietario de DRC, recibió en su casa una carta anónima. El paquete contenía un mapa extremadamente detallado de Romanée-Conti dibujado en papel cuadriculado y enrollado dentro de un tubo. El plano mostraba los 20 000 pies de vid y marcaba con un círculo una zona concreta.

La misiva advertía que el viñedo sería destruido si no se cumplían las exigencias económicas. De Villaine pensó que era una broma y la ignoró.

Segunda carta: la amenaza se hace real

Segunda carta: unas semanas después, De Villaine recibió otro paquete, similar al primero, con dos círculos en el plano. La carta exigía un millón de euros y aseguraba que dos vides ya habían sido asesinadas con un herbicida y que otras 80 habían sido perforadas y envenenadas pero podían salvarse con un antídoto.

Cuando inspeccionaron las vides, la policía comprobó que dos plantas estaban realmente perforadas y envenenadas, mientras que las otras 80 tenían agujeros pero no contenían veneno. El método de inyección recordaba una técnica tradicional utilizada para combatir la filoxera (inyección en el suelo), lo que delataba que el responsable conocía bien la viticultura.

Esta segunda carta utilizaba términos técnicos como décavaillonnage y démontage y proponía entregar el dinero en un maletín en el viñedo. Ante la seriedad de la amenaza, De Villaine informó a la policía de París para evitar filtraciones en el pueblo.

La tercera carta y la organización de la emboscada

Aconsejado por las autoridades, De Villaine decidió no pagar y organizar una trampa. Su colaborador de confianza Jean-Charles Cuvelier, administrador del dominio, dejó en el viñedo una nota indicando que necesitarían tiempo para reunir el dinero.

Tercera carta: poco después, llegó una misiva más amable pidiendo “por favor” que se dejara el maletín con el millón de euros en el cementerio de Chambolle-Musigny a las 23:00 del 12 de febrero de 2010. Este lugar se encuentra a unos dos kilómetros de Vosne-Romanée y permitía controlar la entrega sin llamar la atención.

Como De Villaine estaba de viaje por Estados Unidos, la policía le sugirió mantener su agenda y que Cuvelier realizara la entrega.

La noche acordada, Cuvelier se adentró en el cementerio con un maletín lleno de billetes falsos y un dispositivo de rastreo. Al salir del camposanto, se retiró y esperó instrucciones por auricular.

Captura del chantajista

La policía observó cómo un hombre bajaba por la colina, recogía el maletín y se alejaba. Fue detenido a menos de 200 metros del cementerio con el maletín y un billete de tren a Dijon.

El detenido era Jacques Soltys, un delincuente francés de unos cincuenta y tantos años con experiencia en viticultura. En su juventud había sido enviado al Lycée Viticole de Beaune, donde fue expulsado por mala conducta. La investigación reveló que había construido una cabaña clandestina en el bosque que dominaba los viñedos. Allí guardaba una cama, un hornillo, ropa de jornalero, una linterna, un taladro, jeringuillas y varias botellas del herbicida Roundup.

No actuaba solo: su hijo Cédric vigiló a De Villaine para descubrir su dirección y ayudar a enviar las cartas. El plan incluía extorsionar también al Domaine Comte Georges de Vogüé, otra bodega de Chambolle-Musigny, que también sufrió la muerte de dos vides.

Juicio frustrado y muerte de Soltys

Tras la detención, Soltys quedó en prisión preventiva mientras la justicia francesa decidía si llevarlo a juicio. La investigación se llevó con discreción para evitar publicidad negativa y porque el juzgado de instrucción en Francia actúa como gran jurado único.

Cinco meses después, en julio de 2010, Soltys se ahorcó en la cárcel de Dijon. Tenía 57 años. Su muerte puso fin al proceso judicial.

El coproprietario de DRC, Aubert de Villaine, expresó su tristeza por el suicidio y pidió que se retiraran los cargos contra el hijo, argumentando que tenía problemas mentales. Cédric finalmente fue condenado a unos meses de prisión y puesto en libertad.

Motivos y preparación del crimen

Las cartas exigían 1 millón de euros (algunas fuentes hablan de 1,3 millones de euros).

Soltys ideó el plan en prisión, convencido de que extorsionar viticultores era más fácil que sus anteriores delitos. Conocía la práctica de inyectar productos en la raíz para combatir plagas y la adaptó para perforar e introducir herbicida en las vides. También utilizó el herbicida Roundup, empleado en viticultura para combatir la filoxera en pequeñas dosis.

Durante el seguimiento del caso, las autoridades encontraron en su cabaña mapas, dispositivos y las herramientas usadas en el saboteo.

Consecuencias

El intento de sabotaje evidenció la vulnerabilidad de los viñedos de lujo y obligó a reforzar medidas de vigilancia en DRC y otras bodegas.

La historia fue recogida en el libro “Shadows in the Vineyard” de Maximillian Potter y en numerosos artículos. Los medios coincidieron en que se trató de un crimen sin precedentes en el mundo del vino.

Aubert de Villaine reconoció que la combinación de “amor y codicia” por Romanée-Conti facilitó una rápida cooperación entre viticultores y autoridades, evitando que la tragedia afectara al patrimonio vitivinícola francés.

Principales personajes

Actor Papel en la historia Evidencia
Aubert de Villaine Copropietario de DRC y receptor de las cartas de chantaje; organizó la trampa con la policía. Recibió el primer mapa y desestimó la amenaza; organizó el pago falso con la policía.
Jean-Charles Cuvelier Administrador de DRC; ejecutó la entrega del maletín con billetes falsos en el cementerio. Dejó una nota para ganar tiempo y llevó el maletín con rastreador al cementerio.
Jacques Soltys Delincuente francés que diseñó el plan de extorsión; inyectó herbicida en las vides y exigió un rescate. Fue detenido con el maletín; en su cabaña se encontraron herramientas, Roundup y mapas; se suicidó en prisión.
Cédric Soltys Hijo de Jacques; siguió a De Villaine para obtener su dirección y ayudar con los envíos. Ayudó a enviar las cartas; tras la muerte de su padre fue liberado.
Domaine Comte Georges de Vogüé Otra bodega de Chambolle-Musigny que también sufrió el ataque. El plan se replicó contra esta bodega y se confirmaron dos vides envenenadas.

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